Lanzamiento de martillo


Los antiguos griegos no conocieron este lanzamiento. En su programa olímpico sólo se practicaba el disco y la jabalina, en tanto que la bala y el martillo son disciplinas propias de los Juegos Olímpicos modernos. La bala como munición de cañones y el martillo como elemento para la forja, se han incorporado a los Juegos de la mano de la modernidad, quien ha sabido modificarlos y así sumarlos a la familia de las pruebas de campo.
CONSIDERACIONES DE PARTIDA
En el movimiento circular que describe el sistema lanzador y martillo durante el lanzamiento, se aprecia un eje de giro en torno al cual se produce toda la acción, que debe ser vertical, ya que de lo contrario el lanzador perdería el equilibrio durante los sucesivos giros.
Los factores esenciales que no podemos perder de vista durante todo el lanzamiento, y del cual depende el alcance del mismo son:
·         el radio de giro del sistema (se debe conseguir y mantener la mayor amplitud posible)
·         La velocidad de giro, que debe ser creciente para obtener una velocidad final del lanzamiento lo mas elevada posible.
·         el ángulo de salida del artefacto y la altura desde la que se lanza.
Pasando a analizar cada una de las fases del lanzamiento, encontramos:
  1.          POSICIÓN INICIAL: El lanzador se encuentra de espaldas al eje de lanzamiento con piernas separadas al ancho de los hombros y ligeramente flexionadas. Los brazos y el alambre extendidos, el asa del martillo se encuentra en su mano izquierda y la mano derecha sobre ésta, para lanzadores diestros. El martillo colocado al frente o atrás por el lado izquierdo o derecho según la comodidad del atleta.Agarre. Se agarra el asa con la segunda falange de los dedos de la mano izquierda excluyendo el pulgar y la mano derecha abraza la izquierda.
  2.     LOS VOLTEOS:Desde la posición de partida, con la cabeza del martillo inmóvil o no, se efectúan una serie de movimientos mediante la acción encadenada de piernas, tronco y brazos, que permitirán romper la velocidad cero del martillo e imprimirle la velocidad óptima que permita continuar la acción del lanzamiento. Estos movimientos son de tipo compensatorio, deberán permitir alcanzar la velocidad justa que permita continuar sin perder el equilibrio (el lanzador), y la velocidad suficiente como para que el martillo alcance entre el 40 y el 50 % de la velocidad que adquirirá en el momento de finalizar el lanzamiento. La posición de partida de los pies dependerá de la comodidad del lanzador, y del número de giros a realizar.
  3.      TRANSICIÓN DE VOLTEOS A GIROS. Es uno de los momentos mas importantes para el lanzamiento ya que cualquier desajuste ocasiona en los giros posteriores una ejecución distinta a la deseada. La calidad de esta fase determina la calidad de las fases siguientes. El objetivo de esta fase es el de conseguir una transición armónica y equilibrada del movimiento giratorio del martillo al movimiento de rotación del conjunto lanzador-martillo, lo que se consigue mediante un trabajo activo de piernas y un trabajo mas pasivo de la parte superior del cuerpo. Comienza en el momento en el que el lanzador consigue el punto alto en la órbita de su último volteo, este será el instante en el que se deberá trasladar de manera progresiva el peso del cuerpo desde la pierna derecha hacia la pierna izquierda, realizando un ligero descenso de las caderas. Esto lo conseguimos gracias a la acción del tronco (rotación), que permite acelerar la cabeza del martillo. De manera simultánea debemos conseguir la máxima amplitud de brazos posible y máxima relajación de hombros, que se alcanza aproximadamente en la prolongación de la pierna derecha y muy cerca del punto bajo de la órbita que describe el martillo durante este último volteo. Este es el momento en el que debe iniciarse la acción de giro.
  4.       Los giros. El giro es la acción técnica que permite desplazarse por el círculo a la vez que se incrementa la velocidad del martillo, mediante una serie de acciones de rotación. Se deben considerar dos grandes fases, que aunque bien diferenciadas no dejan de solaparse en la ejecución; una es la fase bipodal o de doble apoyo, durante la cual el lanzador actúa activamente sobre el martillo incrementando su velocidad de forma progresiva, y en la que además se crean una serie de condiciones para la adecuada ejecución de la siguiente fase, es la fase unipodal o de un solo apoyo, en la que es prácticamente imposible acelerar el martillo y lo que se pretende es perder la menor velocidad posible en el paso de un giro al siguiente. De esta forma, una vez iniciado el lanzamiento, tras realizar los volteos y la fase de transición a giros, comenzaríamos con la fase unipodal del primer giro, justo en el momento en que el pie derecho pierde contacto con el suelo hasta el instante en que vuelve a recuperar el apoyo. La primera parte se realiza mediante el giro sobre el talón del pie izquierdo, siguiendo a continuación sobre el borde externo , hasta que el martillo alcance el punto alto de su trayectoria, para seguir apoyando ahora sobre la punta del pie y el borde interno, hasta recuperar el doble apoyo. Desde el inicio del giro con el talón hasta el apoyo de la punta del pie se debe realizar un apoyo con el borde externo del pie y no pasar desde el talón a la punta como si fuesen 2 puntos de apoyo independientes. Una vez que la pierna derecha ha despegado del suelo, nos encontramos en la fase de apoyo único, y durante la cual no es posible actuar sobre el martillo pero sí adaptarse a la inercia del mismo hasta que este alcance su punto alto, hasta este momento la línea de hombros y la línea de caderas permanecerán paralelas, pero a partir de ahora ( consecución del punto alto) , la pierna derecha trabajará para llegar lo más rápidamente posible al suelo, y alcanzar la situación de doble apoyo. Este es el momento en que la línea de caderas ( y por tanto las piernas) se adelantan al martillo(y a la línea de hombros) y se sitúan en una posición ventajosa para poder acelerar al martillo desde casi el punto alto hasta mas allá del punto bajo.
  5.       LA FASE FINAL. Tiene como objetivo alcanzar la máxima velocidad de salida del artefacto y que está salida se produzca con un ángulo óptimo. Es la última fase de aceleración del martillo, que comienza en el momento en que la pierna derecha llega al suelo una vez se ha realizado el último giro. A continuación el lanzador ,y tras acelerar el martillo en la fase de doble apoyo, comienza a girar a la izquierda pero con una extensión gradual de las piernas. El punto de salida del artefacto y su velocidad determinan la distancia alcanzada, por ello la cabeza, considerada el timón del cuerpo, debe de igual manera, dirigirse (con la mirada) hacia el punto en el que se espera se alcance la máxima altura en la trayectoria de vuelo del martillo; esto va a facilitar la extensión completa del cuerpo y la altura óptima de salida del artefacto. Es una posición que hay que fijar y mantener para conseguir el mayor “efecto látigo” posible, actuando como un resorte que se descomprime muy rápidamente.

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